¿Por qué debes visitar el Museo de Sal?
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¿Por qué debes visitar el Museo de Sal?

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¿Has escuchado sobre el museo de sal de Bogotá? Es un lugar que cuenta parte de la historia de Colombia y que, sin duda, ofrece una experiencia única a sus visitantes.

Acompáñanos en este recorrido, que es la parada obligada antes de adentrarte en una mina convertida en catedral, a unos 180 metros bajo tierra, ¿asombroso, verdad?

Un poco de historia

Para entender la importancia del museo de sal y todo lo que está a su alrededor, primero remontémonos un poco en la historia.

Hace unos 700 mil años, Bogotá estaba cubierta por el mar. Con el pasar del tiempo, gracias a la sedimentación se formaron capas areniscas, conglomerados y piedras hasta lograr lo que hoy conocemos como la capital de Colombia, por ello la abundancia de sal en la región.

De hecho, en la actualidad pueden encontrarse algunas minas al norte de la ciudad. Desde la época de la colonia hasta hoy, cinco yacimientos siguen en funcionamiento: Caribe; Nemocón, Zipaquirá y Upín.

La dinámica en la comercialización de este producto dio paso a la ruta de la sal, un atractivo turístico que recibe a miles de personas cada año. Así que, si estás planificando un viaje a Colombia, sigue leyendo porque ¡este recorrido te gustará!.

Museo de sal: pequeño e increíble

En el municipio Nemocón del departamento de Cundinamarca, una pequeña casa colonial alberga la fascinante historia de la sal en el país.

Desde que atraviesas sus puertas conocerás la manera en que los indígenas trabajaban las minas para comercializar la sal. Esto justo antes de la llegada de los conquistadores españoles.

En una de sus paradas, el museo cuenta cómo fue el desarrollo del yacimiento de Nemocón que hoy es uno de los más increíbles atractivos de la región.

También encontrarás fósiles de la época prehistórica correspondientes a animales marinos, instrumentos de la vida cotidiana de los indígenas que fueron encontrados en las minas y que dan cuenta de cómo era la rutina en aquella época.

Las esculturas de sal son fascinantes y demuestran la forma en que la naturaleza es capaz de regalarnos un espectáculo sin la intervención de la mano del hombre.

En la medida que observas las exposiciones del museo, tendrás una idea de cómo era la explotación de las minas en la época de la colonia.

Quienes mantienen el lugar han sido muy creativos con la elaboración de maquetas. En ellas no se pierde detalle del trabajo del hombre en los yacimientos, para muchos, considerada una muestra de respeto y reconocimiento a la labor desempeñada por los mineros.

En cada exposición hay descripciones breves de por qué cada objeto exhibido tiene importancia para el país, dedica un momento a leerlas y así aprovecharás al máximo la visita al museo.

La catedral de sal: una de las maravillas del mundo

La visita al museo te dará una visión amplia de la explotación de sal y saliendo de allí, es momento de adentrarte en la experiencia de conocer más de cerca la explotación de los yacimientos.

La catedral de sal es una de las paradas obligadas en este recorrido. Se encuentra dentro del parque de la Sal de Zipaquirá a 180 metros bajo tierra y se trata de la primera maravilla del mundo colombiana.

Es una estructura que no se iguala a nada en el planeta. Tiene historia, en 1930 los mineros construyeron una capilla para tener un lugar en donde profesar su fe, pero en 1992 fue cerrada por considerarse insegura.

Luego, en el año 1995, bajo la mano del arquitecto Roswell Garavito Pearl se edificó la iglesia que conocemos hoy.

Se trata de una imponente edificación, para su construcción se extrajeron 250 mil toneladas de sal y tiene capacidad para recibir a unos 10 mil fieles.

En las 10 hectáreas que la conforman, se hicieron 14 paradas en las que se representa el viacrucis que hizo Jesús antes de su muerte.

Resulta abrumador pararse bajo una cúpula de 11 metros de alto que significa la unión del cielo y la tierra. También apreciarás un balcón con enormes columnas y una cascada de sal cristalina.

Además, en la catedral se encuentra la cruz más grande que haya sido tallada en roca salina, tiene 120 metros de alto y 22 de ancho.

Una de las más recientes innovaciones en la catedral es la posibilidad de realizar el recorrido en bicicleta y la denominada ruta minera que está dedicada a los más pequeños de la casa, así que se trata de una opción si buscas qué hacer con niños en Bogotá.

Visitar todo el lugar te llevará aproximadamente una hora.

La mina de Nemocón, la tienes que conocer

¿Recuerdas que hablamos que, en el museo de sal, te cuentan la historia de cómo se desarrolló la mina de Nemocón?.

Tienes la oportunidad de vivir la experiencia de adentrarte en ella y maravillarte con cómo crearon un sitio mágico, la mano del hombre junto a las bondades de la naturaleza.

Este yacimiento está a 65 kilómetros al norte de Bogotá, fue explotado por 200 años y en ese tiempo se extrajeron nueve millones de toneladas de sal. Actualmente, está abierto al público como atractivo turístico.

Una vez dentro hay mucho para ver, como los espejos de salmuera que ofrecen un espectáculo natural con reflejos de luces y colores. Los visitantes lo consideran la parada más hermosa del paraje y uno de los lugares emblemáticos para hacer fotos.

¿Sabías que la mina de Nemocón fue locación de la película Los 33? Sí, podrás ver la cápsula que recrearon para filmar el rescate de los mineros y sentirte una estrella de cine.

También podrás apreciar:

  • una cascada de sal;
  • la capilla en honor a la Virgen del Carmen;
  • la conocida cámara de pálpito (en la que se encuentra un corazón enorme tallado en cristal de sal y que se ha hecho famoso por ser el escenario en donde los enamorados suelen pedir matrimonio);
  • entre otras atracciones.

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